viernes, 25 de febrero de 2011

SHANGAI



Kimono escarlata, de Stephanie Rew




Mientras la ciudad hierve


en roja ebullición de placeres oscuros,


una maraña de sombras


atraviesa la muralla prohibida.


Hay boas que se enroscan


alrededor se su cuello,


gusanos de seda que duermen


tras insondables fumaderos de opio.


Shangai arde en un fuego


con sabor a morfina,


entre negras semillas


de mágica amapola


y huesos triturados.


Hay un mar turbulento


que destila el insomnio,


un dragón amarillo,


de sopor insaciable,


que envenena a Shangai


y sus atavíos púrpura;


Shangai y sus ruiseñores muertos,


Shangai o el encanto irresistible


de las flores de loto...

miércoles, 16 de febrero de 2011

El día tiene el don de la alta seda

"I am half-sick of shadows", said the Lady of Shalott. Pintor: John W. Waterhouse



El verso da título a mi poema favorito de Blanca Andreu, extraído de su libro: De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall, con el que consiguió el premio Adonais de poesía en 1981. "El día tiene el don de la alta seda" es un endecasílabo con mucha fuerza, bien por el ritmo yámbico de sus acentos en sílaba par o por la musicalidad de sus sucesivas aliteraciones consonánticas en "D" (que se repite en 4 ocasiones), "L" (otras 4), "N" (sólo dos veces, pero una en sílaba acentuada, con lo cual tiene doble sonoridad) ... ; como siempre, el ritmo es explicable, la belleza, no. Hay misterios que escapan a la retórica, una lectura entre líneas imposible de descifrar por la estilística, un conjunto de signos desconocidos para los semióticos, algo que procede de la revelación y el caos. Este poema de Blanca Andreu, de tono surrealista, posee una musicalidad extraordinaria y unas inquietantes imágenes. Espero que os guste.




El día tiene el don de la alta seda


pétalos desandados por el pie de la noche,


monedas en corolas, eso dije.



Pero se izó la nube de magnolia hasta llegar al núcleo ahogado,


estambre eléctrico y pistilo triturado de amor,


monedas deshojadas por el terrible cheque templario,


o bien las brujas vírgenes prudentes


y la plomiza nada milenaria.



El día tuvo el don de la alta seda,


amor mío, amor mío, y por eso aún escúchame,


por eso te repito el perdido poema,


amor mío, amor mío, tu voz que amé y que cruza


las pupilas moradas de los puentes


y tu olor habitado, azul, y todo


lo que ahora abandono y abandonas


no sé con qué propósito,


ni sé de qué manera clandestina,


ahora, mientras yo rompo


la idea de tu rostro


y continúo ignorando


qué invierno,


qué arteria barroca del diciembre aquél,


qué orden despierto es el tuyo


mientras yo vivo sola, y duermo, y te detesto.




BLANCA ANDREU

lunes, 7 de febrero de 2011

Escritura automática


Los surrealistas utilizaron este tipo de escritura experimental como un proceso en el que no se debían razonar, unir o subordinar las frases, ni siquiera corregirlas, ya que entendían que la creatividad estaba en el caos y no debía ser ordenada ni reprimida. En principio resulta muy fácil decirlo, pero al final acabas corrigiendo cosas...
Música, laúd, jardín oscuro... Hay música en el salón azul, negros que tocan saxofones melancólicos, tristeza de cristal en los guantes de Gilda y un raso oscuro que brilla en sus hombros... El cine... Desierto amarillo de arenas humeantes, el cielo más azul y una fiebre extraña de pasados inalcanzables, de nada, lágrimas solas y compases de manos verdes, amores verdes y locos que susurran ilusiones verdes, como si aún hubiera tiempo, después de tanto, demasiado, enorme tiempo triste, tristeza... la tristeza que inunda las calles de esta ciudad gris.
Metálica tarde, mate sobre el cemento. Se inmovilizan la calzada, los coches, la atmósfera turbia de febrero. Hay luces que titubean entre los desconocidos. Decididamente estoy huyendo, escapo de nuevo, corro hacia lugares iluminados con luz de gas, lugares de ficción, teatros con luces de neón, carteles en rojo y negro: escenarios, drama, escenario, y no pensar, no pensar más en esa nube gris de pájaros y escarcha, no pensar, hay que aprenderse las lecciones de memoria, y las emociones sin derramar, bailes quebradizos en la oscuridad envolvente... Unos hombros cercanos, su garganta, el abrazo doblado en suspiros... la piel tenue... Nada...
Carmen Cabeza

martes, 1 de febrero de 2011

Áspero cuerpo




Lodo caliente

-femenino-

cuerpo oprimido

por leyes estériles.

Estrangulada nieve la cintura,

senos ceñidos por férula severa,

cercados muslos,

continuos prisioneros

de acrílicos hostiles;

cuerpo de barro

que se desprecia y castiga

y sólo a veces estalla,

como un torrente,

recuperando el amplio cauce

de carne heterodoxa.


Lodo creciente,

mestizo,

que escupe y se desborda

anegando la tierra,

recobrando los surcos

de su materia grávida,

retornado al origen...


Como un río que inunda

los estrechos márgenes,

tu cuerpo rompe,

en espectacular crecida,

la angostura mezquina del cilicio...