A la memoria de mi padre Francisco (1928-2013)
Donde quiera que estés,
recuerda
que a pesar de la muerte,
seguirás existiendo,
que estás vivo en nosotros,
completamente vivo,
como entonces,
que apareces en sueños
y te escondes de manera aleatoria
bajo cualquier forma radiante de luz.
Sé que continúas viviendo
-en tu existencia de estancias abiertas-
que sobrevivirás siempre
en el espacio invisible
de nuestro corazón
y nuestra memoria.
que estás vivo en nosotros,
completamente vivo,
como entonces,
que apareces en sueños
y te escondes de manera aleatoria
bajo cualquier forma radiante de luz.
Sé que continúas viviendo
-en tu existencia de estancias abiertas-
que sobrevivirás siempre
en el espacio invisible
de nuestro corazón
y nuestra memoria.
(Fotografía de Veronika Pinke)
Hace tiempo que no venía a tu hermosísimo blog. Todo lo que hay en él es de un valor elemental e íntimo. Un beso
ResponderEliminarLo siento, Carmen. Siento tu pérdida.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos.
ResponderEliminarLa muerte de mi padre ha sido lo más duro y frío de toda mi vida. Aún no me he hecho a la idea de no volver a verle y no quiero aceptar su pérdida. Duele demasiado...
Bufff... Ha sido muy fuerte leer esto...
ResponderEliminarMuy fuerte, Juan Carlos. Duele como el corte de un cuchillo sobre la piel más blanda. Es terriblemente duro y doloroso, y lo único que puedes hacer para aliviar ese dolor es exponerlo, sacarlo a la luz, darle voz, contarlo o escribirlo. Actúa como un lenitivo, aunque la pérdida de mi padre sea irreversible y esa certeza me acompañe cada día...
ResponderEliminar