martes, 2 de noviembre de 2021

Poetas afganas



Homeira Qaderi:

 Escritora afgana que reside en Kabul. A mediados de agosto del 2021 escribió en Twitter una “Carta abierta dirigida a los escritores del mundo”.

 “No puedo dormir.

Simplemente, no puedo.

En mis sueños me disparan en la cara,

la destrozan.

Las pesadillas de mi infancia

crecen cada día…”

 “Cada persona  lleva un arma en esta guerra. La mía es mi pluma, la misma con que les escribo para que denuncien lo que está sucediendo en Afganistán.

Nuestros niños duermen estos días en lugares inmundos, nuestras mujeres están dando a luz en las calles, mucha población civil no tiene forma de escapar, así que mueren en sus casas o son asesinados por la calle.

Nos estamos acercando a un terrible final. Por favor, denuncien nuestra situación a través de sus redes. Por favor, que esta tragedia humana no caiga en el olvido”

  

Nadia Ghulam

 Escritora afgana refugiada en España. Durante diez años se hizo pasar por su hermano muerto para poder trabajar y  mantener  de esta manera a su familia, formada solo por mujeres. Contó su experiencia en una novela.

 “A las mujeres nos tratan peor que a un animal. Además, nos quitan toda la libertad. Si eres mujer no puedes salir de casa, ni trabajar, ni siquiera ir a un médico. Por eso yo me disfracé de hombre.”

 En Afganistán se ejerce la violencia física sobre las mujeres, pero también existe una  violencia emocional y psicológica que provoca heridas invisibles, heridas que no cicatrizan nunca.

 “Estoy haciendo gestiones para sacar a mi familia de Kabul, porque en estos momentos no tienen servicios básicos, la mayoría de las tiendas están cerradas, no hay agua, ni electricidad… La situación es totalmente caótica”

 

Safia Siddiqui

 Célebre poeta pastún y antigua parlamentaria afgana. Afirma que 

“la poesía es la única forma de rebelarse. Un poema es una espada, un arma contra la sumisión, pero las mujeres arriesgan su vida cuando escriben. Existe una larga tradición  de poetas mártires, suicidas o asesinadas por sus familias.”

 

   



  Meena Muska

 Es el pseudónimo de una muchacha que, como la mayoría, tiene que escribir poesía a escondidas y  por eso se protege bajo un nombre falso.

 “Soy como un tulipán en el desierto.

 Me muero antes de florecer,

y el viento de las dunas se llevará mis pétalos.”


 “El dolor aumenta

mientras mi vida disminuye.

Voy a morir con el corazón lleno de esperanza”


 “Ojalá dios destruya a los talibanes y termine la guerra, 

porque ellos han convertido a las mujeres afganas en viudas o prostitutas”

 Cuando descubrieron sus versos, su familia rompió los cuadernos y  le pegó una paliza. No se sabe lo que fue de ella.

 

 Hakar tenía un año cuando los talibanes entraron en Kabul por primera vez, en 1996.

 “Recuerdo que mi madre me compró un helado y fue azotada públicamente por destapar su rostro durante un par de minutos”



 Nadia Anjuman

 Poeta y periodista, En el año 2005 fue asesinada a golpes por su marido y la familia de este. Tenía 25 años. Acababa de publicar con éxito un libro de poesía testimonial: Flores de humo.

  “El opresor me ha tapado la boca.

Tanto me da cantar que callar;

tanto me da morir que existir.

He nacido para nada”

 

  Zarmina

 Una joven poeta  que se suicidó hace unos años también había sido castigada por escribir.  De ella nos han llegado algunos landays  (poemas cortos) Zarmina es la más reciente de las poetas mártires afganas. Ha habido cientos de ellas en Afganistán.

  “Vivimos en una sociedad

donde el amor es un crimen.

¿Por qué los musulmanes

somos enemigos del amor?”

 “Estoy gritando,

pero nadie me contesta.

Un día me van a buscar

y ya me habré ido de este mundo”

 

Fátima, estudiante de la universidad de Kabul:

  “La miseria llevó a algunas mujeres viudas madres de familia a prostituirse en las condiciones más degradantes. Y a estas mismas mujeres luego las arrestaban y condenaban a muerte por lapidación. Su lapidación en espacios públicos, sobre todo en los estadios, se convertía en un espectáculo los viernes por la tarde. Esta es la verdadera cara del horror. Y temo que esta historia vuelva a repetirse ahora, en el año 2021.”

 

Harat, universitaria:

  “Todo, todo lo que soñé, todo por lo que trabajé, mi dignidad, mi orgullo, incluso mi existencia como mujer, todo está en peligro. Puede que me suicide cuando los talibanes vengan a registrar mi casa. He hablado con mis amigas y esto es lo que todas, todas, estamos planeando hacer”

“Los talibanes te miran como si no fueras un ser humano normal, como si fueras una basura que debería tirarse. Así te miran en la calle” “No tengo nada más que decir. Sé que nos matarán”

 



 

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