lunes, 30 de mayo de 2011

Un año de blog




El 28 de mayo del 2010 inicié este blog sin tener prácticamente ni idea de cómo subir imágenes, vídeos, cómo hacer una entrada, etc. Después, con la práctica, y la ayuda de mis amigos, comprobé que era bastante fácil, aunque la informática se me diera muy mal.


Ha pasado un año, y aún continúo con "La voz abierta", esta ventana abierta, como su nombre indica, a los cuatro puntos cardinales, pensada para comunicar, bien sea palabras, emociones, pintura, poesía, opinión...


De este primer año hay reflejados 60 posts, 18.000 visitas y más de cien comentarios, que, como sabéis, son el alimento de cualquier blog, porque sin vuestros comentarios -lo más importante para el blogger- un foro virtual acaba muriendo por inanición, hasta que no te queda más remedio que cerrarlo.


Por eso doy las gracias especialmente a Esmeralda Martí, a Juan Carlos, a Manuel, a Laura, a Betty, a Marga, a María Jesús, a Sinda Miranda, a Julia, a Angels Cindell, a Ana Mª Espinosa, a José Ramón, a Máximo, a Selva, a Sara Vega, a Emmagunst, a Paloma Corrales y a Zanat Medina por sus palabras; a mis seguidores y a todos los que me habéis dejado un comentario anónimo, porque con cada uno de ellos me animáis, semana tras semana, a seguir escribiendo. Gracias a todos.

SALUD

viernes, 27 de mayo de 2011

Incendio ("La tierra y el alba")



Tu cuerpo era un incendio

-tantas veces incendio-

región incandecente de huesos calcinados.

Un resplandor de nieve comestible,

materia candeal, metal ardiente

de trémulo fulgor entre las brasas.


Mi cuerpo fue un incendio,

fuego inútil mi cuerpo

de enardecidas venas incendiadas,

una hoguera la lumbre de los labios

ante de convertirse en tierra,

en polvo de deseos inservibles

que ardieron sin cautela.


Todo el cuerpo fue escombro,

tierra quemada de fósil geología,

cenital la garganta

bajo un manto de piedra,

desolación solar

el musgo de los dedos.


Ahora nos cubre la ceniza,

nos convierte en naturaleza estéril,

en médulas sin gloria

y restos minerales.

Todo ardió en aquel fuego:

la sacralidad del útero infecundo,

los destruidos brazos desde entonces,

cuando tu cuerpo era incendio

tantas veces incendio...

Tu cuerpo incandescente

en un mundo de sombra.

lunes, 23 de mayo de 2011

EDWARD HOPPER ( I )

Chop Suey (1929)


Los Chop Sueys eran restaurantes sin pretensiones, ubicados casi siempre en las plantas superiores de antiguas naves comerciales. En los años 20, sus comedores se convirtieron en reflejo de la moderna sociedad de Nueva York, que acudía allí atraída por su comida china rápida y económica. El cuadro resulta muy llamativo por la luz brillante del sol que entra desde la derecha de la imagen, centrando la atención sobre las dos mujeres. El contraste entre colores fríos y cálidos es muy potente: paredes cálidas, naranjas y ocres del perchero y las ventanas, a diferencia de los malvas y azules de las prendas femeninas... El cuadro posee una dimensión casi cinematográfica; casi se podría hablar de un plano general, con una enorme sensación de dinamismo.

Summer interior (1909)



Este retrato inicia una serie de cuadros acerca de figuras femeninas aisladas dentro de hoteles, habitaciones o lugares de paso. En "Interior de verano" parece habitar una historia; su personaje tiene algo que contar, y quien observa el cuadro es capaz de imaginar un argumento. Es una habitación donde se palpa el silencio, el vacío; una atmósfera opresora llena de devastación y soledad. La mujer da la sensación de estar presa, enjaulada dentro de ese interior bochornoso, cuyas ventanas sólo dejan pasar la luz a través de dos franjas que se reflejan en el suelo. El ambiente es de gran dramatismo; parece que algo terrible le ha sucedido a la mujer. Quizás ha sido abandonada, o se ha enterado de la muerte de alguien cercano... Su parcial desnudez puede sugerir que se ha sometido a un aborto, o que su amante la ha vejado y humillado... En todo caso, su postura corporal no augura nada bueno, sino más bien un derrumbamiento moral.


Automat (1927)
Los Automats eran restaurantes de comida rápida que servían bebidas y platos sencillos a través de máquinas expendedoras de monedas o billetes (originalmente, las máquinas sólo funcionaban con monedas). El primer restaurante "automático" de Estados Unidos se inauguró en Filadelfia en 1902, y el primero en Nueva York, en 1912. A partir de ese momento, se convirtieron en una parte fundamental de la cultura popular de las grandes ciudades. Se trataba de "waiterless restaurants", lugares donde la ausencia de camareros suponía un signo más de la soledad e incomunicación de las grandes urbes, y donde la comida servida por máquinas instaura una nueva señal de despersonalización típica de las sociedades masificadas.

Habitación de hotel (1931)




El escritor John Updike dedicó un poema a este cuadro de Hopper, comparándolo con una obra del pintor holandés Vermeer:



"En combinación, los ojos bajos,
la heroína de esta habitación contempla
una carta abierta sobre sus rodillas desnudas.
Sus ojos y su cara permanecen en la sombra.
El día se extingue en el exterior, vibrante
de una circulación invisible.
En esta habitación, con sus maletas que,
cerca de un sillón de felpa verde de los años 30,
descolorido por el sol, esperan, lastimeras,
ser deshechas,
ya estuvimos antes, antes incluso que la luz
oblicua.
Por algún misterioso testigo
estamos aquí, invitados a respirar
junto a esa mujer sola
que los planos enmarcan sólidamente;
la carta, la joven cosiendo...
así es como Hopper nos dice:
yo soy Vermeer.





Cine en Nueva York (1939)




Se está proyectando una película en un cine elegante: terciopelo escarlata, hermosas lámparas... En un aparte, la acomodadora permanece absorta, aislada de todo, con la luz proyectada sobre ella, como si se tratara del personaje real de la película. ¿Qué secreto guarda? ¿Qué está pensando? Parece cansada, harta de su trabajo; quizá sea sábado por la noche y esté deseando que acabe la sesión para encontrarse con su nueva cita. Hay un misterio que nos intriga; una escena de película que se desarrolla mientras se está proyectando la otra película. Se mezcla la realidad y la ficción.

sábado, 21 de mayo de 2011

EDWARD HOPPER ( II )

Summertime (1943)

Cape Cod morning (1950)

Morning sun (1952)

Cuadros de mujeres solitarias en habitaciones de hotel, maletas sin deshacer, cafés nocturnos que reflejan la soledad y lo efímero... De fondo, historias rotas, desfragmentación, habitaciones vacías que abren sus puertas al mar.

Western motel (1957)

Siempre ventanas, ventanas grandes para contemplar a través de ellas la vida de los otros. Mientras tanto, la quietud de las figuras femeninas las mantiene inmersas en un profundo estatismo. El vacío infinito de esos espacios y el aislamiento de moteles remotos transmiten una sensación de inmensa soledad.

A woman in the sun (1961)

Hopper, austero, introspectivo, posee una obra pictórica que puede relacionarse con otras artes. Por ejemplo, en fotografía encuentra una prolongación en Joel Meyerowitz, que retrata bares, estaciones y gasolineras de Estados Unidos con la misma perspectiva de modernidad.
Respecto a la literatura, la América de Edward Hopper es la que retratan Steinbeck, Capote o Dos Passos. No se trata de una América idealizada. También Raymond Carver, en sus relatos, se parece a Hopper. Los cuentos de Carver parecen la continuación de un cuadro del pintor, con su serie de moteles, paisajes, gasolineras, neones...
En cine, David Lynch se asemeja a Hopper. Sobre todo en el tratamiento del color (Mulholland Drive y Twin Peaks)
En arquitectura es, de alguna manera, similar a Le Corbusier: un combate entre lo racional y lo misterioso.

martes, 10 de mayo de 2011

"Incitación" de Ana Rossetti


INCITACIÓN

Escapémonos, huyamos a los cómplices
días de la niñez. Perdámonos inermes
por los intensos vértigos de la piel insabida.
Confundidos, al no encontrar los nombres
para tanto esplendor, inventaremos fórmulas
de un idioma secreto: como antes.
Extraviémonos por la gran pesadilla
de la noche. En los negros pasillos
del horror insistamos hasta que el fiel desmayo
-dobladas las rodillas- nos socorra.
Ven. Miremos por toda bocallave
que encierre algo prohibido,
gravemente matemos mariposas vidriadas,
pisoteemos seda, desgarremos la gasa
que nubla las magnolias,
y la desobediencia sea privilegio nuestro.


ANA ROSSETTI


Cuadro: Afternoon tea. Pintor: John Everett Millais