lunes, 26 de febrero de 2018

Poemas de Marina Tsvetáieva



Libertad salvaje
Me gustan los juegos en que todos
son arrogantes y malignos,
en que son tigres y águilas
los enemigos.
Libertad salvaje.
Que cante una voz altiva:
"¡Aquí, muerte, allí -presidio!"
¡Luche la noche conmigo,
la noche misma!
Volando voy -tras de mí van las fieras;
y con el lazo en las manos yo me río...
¡Ojalá la tormenta
me haga añicos!
¡Que sean héroes los enemigos!
¡Acabe en guerra el convite!
Que sólo quedemos dos:
¡El mundo y yo!



Mis versos, escritos tan temprano...

Mis versos, escritos tan temprano
que no sabía aún que era poeta,
inquietos como gotas de una fuente,
como chispas de un cometa,

lanzados como ágiles diablillos al asalto
del santuario donde todo es sueño e incienso,
mis versos de juventud y de muerte
-¡mis versos, que nadie lee!-,

en el polvo de los estantes dispersos
-¡que ninguna mano toca!-,
como vinos preciosos, mis versos
también tendrán su hora.



No obedezco los mandamientos, 
no recibí la comunión.
Mientras no se cante por mí una letanía,
seguiré pecando -como peco, como pecaba-
¡con pasión!
¡Con los cinco sentidos que Dios me dio!

Amigos, cómplices,
ustedes, cuyas insatisfacciones queman
¡Ustedes, secuaces!  ¡Y ustedes, tiernos maestros!
Jóvenes, vírgenes, árboles, 
constelaciones, nubes...
ante Dios, en el Juicio final
¡responderemos juntos, toda la Tierra!

 
Marina Tsvetáieva (Moscú, 1892- Yelabuga, 1941) 
(versiones de Severo Sarduy)
(Fotos: Anka Zhuravleva)