miércoles, 29 de junio de 2011

Miguel Hernández, poema



¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria

del privilegio aquel, de aquel aquello

que era, almenadamente blanco y bello,

una almena de nata giratoria?

Recuerdo y no recuerdo aquella historia

de marfil expirado en un cabello,

donde aprendió a ceñir el cisne cuello

y a vocear la nieve transitoria.

Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo

de estrangulable hielo femenino,

como una lacteada y breve vía.

Y recuerdo aquel beso sin apoyo

que quedó entre mi boca y el camino

de aquel cuello, aquel beso y aquel día.

Texto: Miguel Hernández

Cuadro: Viva el pelo (1928), de Julio Romero de Torres

sábado, 18 de junio de 2011

Lisboa

Ilustración de Gabriel Pacheco


Sobre un mar de glicinias


-inmóvil-


el viento rodea tus letargos ausentes.


Estática, atesoras nostalgias,


encuentros,


memorias de claridad celeste.


Decadente y atlántica,


en tu flujo dormido


besaste un sueño de mórbidas orillas


y un abrazo de sal.


Ahora, desde la melancolía,


tras la calima de indolente azul,


sólo deseas despertar


a la más pura,


irresistible


transparencia del aire...




Carmen Cabeza Martínez

sábado, 11 de junio de 2011

Sin nombre

Cuadro de Vilhelm Hammershoi




Los días te aguardan


- verdes, blancos -


los días sin límite y sin nombre.


Luego aún más tiempo


- vida, rojos, grises -


un arco iris de cosas extrañas


te aguarda.


Eternamente te seguirán,


como la sombra al cuerpo.


Eternamente.


La muerte


no es más que una puerta


abierta de par en par.




Carmen Cabeza Martínez

sábado, 4 de junio de 2011

LA TARDE

Edward Hopper. Habitaciones junto al mar (1951)


Así ha pasado la tarde.

Así se ha ido su alma

y el principio de la noche

sombreó cada recodo de la sala.

                                                     La tarde murió en mis manos

harta de cielos grises;

se ha ido entre versos solitarios,

tristes,

y mañana será la misma

tarde sola.


                                                                            * * * *

                                                    Hoy fue el mar enfermo de resaca

el que bañó de savia las paredes.

Hoy fue el mar enladrillado

en las baldosas de mi casa.

Hoy fueron calles de lluvia cabizbaja
en una ciudad monótona y aburrida...

Hoy fue otro día de lluvia

y mar trampoco de resaca.


Carmen Cabeza Martínez