jueves, 30 de octubre de 2014

MIGUEL ÁNGEL P. MOLINA





Yo amontoné el tiovivo de los besos
en la palma de tu mano.
Puse una estrella circular
alrededor de tu pelo
y recibí en mi pecho
mordiscos de perlas.
Del desván caía un pedazo de luna.
Cuarto creciente en el patio de luces,
pétalo de papel en mis talones,
veneno en estas hojas
que me dejan exhausto,
la enorme amenaza de Saturno
pendiendo allá arriba,
mientras intento sobrevivir
al vuelo de Ícaro,
refugiado en el viejo sueño del hombre
de conquistar espacios infinitos
bajo el vértigo de tu nombre.
Me cubriste un instante
con la lisura de tu pelo
y entonces recordé
que no soy de tu mundo.
Pero no me importa.
Acepto el desafío.
Seré un poco suicida
y desearé tu cuerpo...

Miguel Ángel Pérez Molina  (1962 - 2014)