
El alma de la calle, cada noche,
con sus múltiples luces me rodea.
Murmuran las aceras, en la noche,
conquistando mi azadón de pluma y tinta;
me aman, ciegas, las calles,
con su ruido nocturno;
me susurran diálogos de amantes,
misteriosas,
de muertes y navajas...
Las calles tienen alma
anegada de deseo,
y gimen dolorosos placeres
en la noche...
Texto: Carmen Cabeza
Imagen: Dead End, de Jacek Yerka