jueves, 16 de diciembre de 2010

Ablación



Como una geoda,

abierta en su centro

de magma potencial.

Lava fundida,

femenina,

que se oculta

hasta desaparecer

tras una mordaza.

Cortan su élitros esbeltos,

su vértice convexo,

el último resquicio

que las conecta al placer.

Lo extirpan.

Lo derraman.

Tras la sangre vertida,

cae el silencio a borbotones

en los cuerpos cosidos,

en las bocas clavadas

que enmudecen ahora

desconociendo el grito,

la pulsión,

la voz...

Son seres a tientas

-mujeres mutiladas-

cálices rotos

heridos por la aurora,

que se extingue

entre los rayos

de un rojo cadmio.


Carmen Cabeza Martínez

5 comentarios:

  1. Me duele el alma al leer tus versos. Dura y cruel relaidad que transmites de manera impecable, como siempre.
    Bs

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  2. Gracias, Esme, Masgüi, por compartir esta repulsa ante un hecho que afecta en la actualidad a millones de mujeres. No puedo ni quiero entender que algunos "intelectuales" defiendan la no intervención ante esta injusticia amparándose en temas como la tradición ancestral y la "cultura"... ¡Qué asco...!

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  3. Esta práctica bruta, despiadada, horrorosa, está refejada en el poema de un modo magistral. Un verso sumamente expresivo, ese silencio que cae a borbotones" después y tras la herida para siempre ¡Conmovedor!

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  4. Gracias, Amílcar, por tu comentario.
    He intentado explicar con metáforas la sangre a borbotones, en muchos casos la muerte por hemorragia e infección, el terrible dolor, la herida que las deja imposibilitadas para obtener placer, la sensación de amputada-lisiada que permanece de por vida... En fin, toda mi repulsa ante esa práctica, como tú bien dices, despiadada y horrorosa.

    He visitado tu blog varias veces y no se han podido publicar los comentarios que te he dejado. No sé qué le pasa a este aparato... De todas formas, lo seguiré intentando.

    Muchas gracias de nuevo.

    Carmen

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