viernes, 27 de mayo de 2011

Incendio ("La tierra y el alba")



Tu cuerpo era un incendio

-tantas veces incendio-

región incandecente de huesos calcinados.

Un resplandor de nieve comestible,

materia candeal, metal ardiente

de trémulo fulgor entre las brasas.


Mi cuerpo fue un incendio,

fuego inútil mi cuerpo

de enardecidas venas incendiadas,

una hoguera la lumbre de los labios

ante de convertirse en tierra,

en polvo de deseos inservibles

que ardieron sin cautela.


Todo el cuerpo fue escombro,

tierra quemada de fósil geología,

cenital la garganta

bajo un manto de piedra,

desolación solar

el musgo de los dedos.


Ahora nos cubre la ceniza,

nos convierte en naturaleza estéril,

en médulas sin gloria

y restos minerales.

Todo ardió en aquel fuego:

la sacralidad del útero infecundo,

los destruidos brazos desde entonces,

cuando tu cuerpo era incendio

tantas veces incendio...

Tu cuerpo incandescente

en un mundo de sombra.

6 comentarios:

  1. Gracias, Carmen, por teñirte de añil. Volveré a impregnarme de colores aquí. Índigo

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  2. Carmen Cabeza:
    Me encanta tu blog, repleto de azules y añiles profundos. Te visitaré a menudo, Índigo. Gracias por tu comentario.

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  3. Bellísimo poema, Carmen, pleno de sensualidad y la vez de nostalgia y de pena por ese fuego vivido y perdido, como una erupción volcánica que, tras la incandescencia, lega el estéril manto de la reseca lava ya transformada en materia pétrea. Tu poesía transmite sensaciones e imágenes nítidas, de contornos bien definidos. Me ha encantado.

    Aprovecho a agradecerte también tu nueva visita y tus halagadores comentarios. No dispongo apenas de tiempo estos días, aún estoy con una mudanza de domicilio enorme, en la que llevo ya más de un mes y aún me queda para un par o más de semanitas, por eso apenas escribo ni puedo visitar a mis amigos, pero me ha encantado encontrarte, compones una poesía que me llega y me cala.

    Y sobre mi poemita de Egipto, decirte que normalmente escribo poemas de amor o con cierto erotismo, pero cualquier cosa puede inspirar y fue mirando un álbum con las fotos de un viaje que hice a Egipto hace 11 años y al ver la fotografía de las ocas de Meidum me surgió el poema así, de súbito y me dio por anotarlo y hale, al blog, jeje.

    Sobre Unamuno, razón llevas en que su faceta de poeta es poco conocida, pero tiene bellísimas poesías, por desgracia no tengo tiempo a poner muchas en el blog, pero como muestra sirve un botón.

    Te agradezco mucho que me hayas agregado a tu brogroll, yo también te he agregado al mío, pero al de mi blog principal, no al del blog que me sigues, que es "Música y poemas", donde no tengo habilitado ese banner, sino al del blog principal, donde también publico mis poemas y más cosas, como relatos, crónicas de viajes, etc...es que en ese blog, que fue el primero que abrí, es donde tengo la lista de todos los blogs que sigo y sus actualizaciones, así veré cuando publiques poemas nuevos.

    Te dejo un gran beso y mi gratitud, Carmen, que además somos "vecinas", jeje. ¡Buena semana!

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  4. Carmen cabeza:
    gracias por tus comentarios, Mayte; para mí es un placer recibirlos (y hacerlos). Ahora yo también ando muy liada con exámenes y correcciones, por eso no le puedo dedicar mucho tiempo a los blogs, pero cuando acabe con todo este papeleo pienso visitar los tuyos porque, ciertamente, me han encantado. Los poemas, la música, los cuadros... todo está elegido de forma que consigues transmitir pasión, belleza. Me encantan.

    Gracias de nuevo.Mucha suerte con la mudanza y ¡feliz semana!

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  5. ¡Qué impresionante este poema que recién ahora leo! Somos fuego y cenizas, somos nada, lo sabemos, pero en tan perspicuas palabras que forman tan perspicuas metáforas parece latir ese reproche a tanta creación y tanto sentimiento y tanta vida perecedera y con destino mineral, de piedra o arena. Impresionante poema, te felicito. Un beso.

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  6. Muchas gracias, Amilcar, por tu comentario. Somos fuego y cenizas, es cierto, por eso escribí este poema que relaciona las dos cosas, anticipando ese destino mineral(como tú bien dices) donde se apaga la vida.
    Gracias de nuevo y un beso,

    Carmen

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