sábado, 10 de julio de 2010

RISA


Tu boca me abre un limbo de encías,
gominolas, leche tibia...
Risa que arrastra
que dibuja puertas y ventanas
donde sólo había ángulos dormidos.
Niña de agua recién nacida,
sonrisa líquida que vierte cada instante
como azúcar tendido...
Tu risa intransitiva ventila las estancias,
las limpia desde el rostro diminuto
que frunces cuando ríes:
tu paladar de gelatina
confiadamentre abierto,
blanquecino el origen de los dientes...
Reflejo, como el agua,
tus gestos,
tu risa abierta que salva,
contagiándome
una alegría sin motivo
que crece
que se expande...
¿Pudiste haber sido así
- un instante de luz-
aquel primer amanecer
la primera mañana?
Carmen Cabeza Martínez

2 comentarios:

  1. Preciosos versos de vida, de agua y de transparencia para ese regalo del cielo...
    qué tierno, Carmen.
    Un beso

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  2. Gracias, Esme, no es sólo ternura, la risa de los bebés tiene magia, transmite algo muy difícil de expresar, por eso al poema, en mi opinión, le falta mucho para decir lo que yo quiero.
    Un beso

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