martes, 26 de octubre de 2010

HAY SÁBANAS REFUGIO



Cuadro de Berthe Morisot




Hay sábanas refugio

que envuelven su tibia desnudez;

párpados de piel de satén,

pétalos blancos

que huelen a lino y azalea.


Su presencia es átomo nocturno,

hilo proteico,

matriz fecunda

que incuba fantasías de algodón.


Cama profunda, germinal,

tiempo que vuelve

transformado en su círculo mágico,

en el mero instante

de su existencia mórbida.


Lecho efímero,

pasión de intensos labios,

placer,

eterna seda,

vida, carne, muerte y sueño...


Carmen Cabeza

5 comentarios:

  1. Sábanas con sabor a dulce, a vida o muerte. Sábanas blancas para germinar, soñar... Amaneceres o anocheceres en seda junto a él...
    Un beso, precioso, somo todo, Carmen.

    ResponderEliminar
  2. La cama es como un útero cálido, donde pasamos años soñando, disfrutando o imaginando la vida, (la otra, la real). Suavidad de sábanas, seda y misterio, sobre todo cuando pienso que la muerte me puede visitar en la cama... Sea como sea, la cama es genial... Gracias por tu comentario, Esme, y un beso fuerte.

    ResponderEliminar
  3. Carmen, es precioso. Tengo que descubrirte, mira tú...

    ResponderEliminar
  4. Me encanta como duermes mientras tejes tu capullo de seda con ese hilo lento que se desenreda...

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias, Masgüi, por lo del "descubrimiento"... Y gracias, María, por regalarme esa imagen; es cierto que cuando dormimos parece que nos envuelve un capullo de seda... ¡y qué bien se está dentro!

    ResponderEliminar