La luna muerde el cielo
con sonrisa violeta
mientras llena mi cama
de sangre blanca.
Hay un dolor turbio
en esta noche;
un dolor que mata
con caricias como cuchillos.
La muerte pende de un hilo
y el alba,
torpemente cerrada en su oquedad,
alumbra en el silencio
mi nada invisible...
Carmen Cabeza Martínez
No sé cómo llegué, pero me he perdido un rato y... ¡me encanta!. Me quedo.
ResponderEliminarBesos.
Es una suerte que te hayas perdido por aquí, Paloma... Yo me he quedado varias veces en tu espacio "Alcoba paralela" y me encanta. Escribes unos poemas increíbles, llenos de sensualidad y calidez. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarBesos.