sábado, 11 de junio de 2011

Sin nombre

Cuadro de Vilhelm Hammershoi




Los días te aguardan


- verdes, blancos -


los días sin límite y sin nombre.


Luego aún más tiempo


- vida, rojos, grises -


un arco iris de cosas extrañas


te aguarda.


Eternamente te seguirán,


como la sombra al cuerpo.


Eternamente.


La muerte


no es más que una puerta


abierta de par en par.




Carmen Cabeza Martínez

9 comentarios:

  1. La muerte y la vida se dan la mano. Toda pequeña o gran muerte también abre de par en par las puertas de la vida si queremos entrar...

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  2. Qué buen rollo da siempre entrar en esta página. Aunque hables de la muerte, ya ves. Con los rojos y los grises se colorean los años que nos quedan, pero siempre hay brochazos violetas y amarillos para pintar con el color de la sorpresa...

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  3. No hay vida sin muerte, cuando una puerta se abre, otra se cierra.
    un grato placer pasar por tu casa.
    que tengas una feliz semana.
    un abrazo.

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  4. ¡Vaya! Otra vez tengo que ponerme como anónimo porque tengo estropeado el gmail, pero soy yo, Carmen.
    Gracias, Índigo, por tu comentario. Tienes mucha razón en lo que dices; una pequeña o gran muerte puede tomarse como una puerta abierta a otra vida mejor, a otra perspectiva diferente del mundo, todo depende de cómo reaccionemos ante ello.
    Brujaroja, me alegro mucho de verte por aquí, y me encanta tu comentario; estoy deseando que esos violetas y amarillos nos sorprendan con sus brochazos llenos de vigor y fuerza. Y gracias por ese buen rollo...
    Ricardo, es un placer para mí recibir tu visita. Yo también pasaré por tu casa. Tienes mucha razón en lo que dices: cuando una puerta se cierra, otra se abre. Gracias por tu comentario y un abrazo.
    Carmen Cabeza

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  5. Hermoso y profundo, querida Carmen, este poema nos muestra todo el extraño cromatismo de la vida y ese colofón certero, pues sí, la muerte siempre está ahí, esperándonos, como una puerta inevitable, segura, abierta de par en par...

    No conocía la pintura, ni a su autor tampoco, con que ilustras tu poema, me parece una elección soberbia y me recuerda también a uno de mis cuadros favoritos, el "Birthay" de Dorothea Tanning.

    Un besín, Carmen y mi enhorabuena por tu sabia y profunda pluma, poeta.

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  6. Ay, Carmen, a veces, cuando un poema me llega, como éste tuyo, me inspiro y compongo uno que le dé la réplica, y mira, en unos minutos me ha salido éste que te copio a continuación. La cosa es que pensaba publicar ahora uno de amor que compuse ayer, pero editaré el de amor en un blog y éste que te copio en otro, en cuanto les busque unas pinturas que les vayan, que es, normalmente, lo que más tiempo me lleva, jeje, porque tengo un archivo ingente de cuadros, y ordenados por siglos y autores, pero basta que necesite uno para que no lo encuentre.

    Te copio el poema que me ha salido a tenor del tuyo, aunque suelo pulirlos, pero éste va tal cual mi mente lo ha parido, (es un pelín tétrico, advierto, jeje):

    Muerte: puerta inevitable y segura
    de goznes en ángulo obtuso.

    Muerte: asesina de tristezas
    y de alegrías también,
    fin de lo efímero,
    comienzo de la nada,
    o del todo,
    ¿quién sabe?

    Muerte: conocedora de los días,
    de las horas,
    de los minutos contados,
    del segundo homicida,
    himno destilado en gravedades de ecos
    o en agudas resonancias,
    partitura en clave de llanto de plañidera.

    Muerte: liviana, sola, infalible,
    mas no lejana…


    Y te dejo otro besín, mi niña.

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  7. Querida Mayte, es increíble la rapidez con que surgen en ti palabras, imágenes y versos para hacer un poema... Eso significa que tu creatividad no está bloqueada en absoluto; al contrario, fluye con energía, que es lo que necesitamos los poetas. Me gusta lo que hiciste, y no le veo un punto tan lúgubre... Las plañideras, los goznes en ángulos obtusos, el himno destilado en graves, son versos enormemente sugerentes y muy adecuados al tema de la muerte. Me alegro mucho de que la lectura de "Sin mombre" te haya inspirado la creación de este poema. Resulta gratificante.

    Lo del pintor lo encontré por casualidad y me ha fascinado. Vilhelm Hammershoi fue un artista danés del siglo XIX que pintó unos interiores tipo Vermeer, con una magia espectacular. Las casas están llenas de puertas blancas y ventanas por donde se filtra la luz del sol, y mujeres que habitan sus cuadros, en un ambiente inquientante y misterioso. Ya te digo, ha sido una sorpresa.
    Bueno, Mayte, muchas gracias por tus comentarios y feliz semana. Un besín.
    Carmen

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  8. Bello poema. Un gusto llegar a tu espacio desde el de Dalianegra.


    Saludos...

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  9. Gracias, Ángel. Encantada de tenerte por aquí.

    Un cariñoso saludo.

    Carmen Cabeza

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