domingo, 26 de mayo de 2013

EL ALBA


El alba nace.
Manos de lluvia
extienden su aliento vegetal
desde valles colmados por la niebla.
A través de caminos invisibles
avanza hasta mi puerta
el olor penetrante de la tierra,
la exquisita tersura de las hojas,
la gravedad silente de la piedra.
El alba detiene ante mis ojos
su cauce húmedo
-un rastro que procede
del intenso aroma de los robles,
del fulgor de la noche,
de los antiguos bosques milenarios-


y viene,
como isla amanecida,
a aplacar la inquietud de mi sangre.
El alba es una isla,
región solar que desentierro
hasta encontrar la densidad
de su materia fértil,
la memoria sumergida
a través de la hiedra.
Y vuelven viejas voces
que me embriagan ahora,
cuando me tiendo,
cuerpo a cuerpo
con la tierra,
el centro de gravedad
atrayéndome al núcleo



-a lo más profundo-
y siento las raíces
trepando a mi cintura,
atándome,
sujetándome a la tierra
de cuerpos en cenizas,
de peces en tinieblas,
de sangre silenciosa...
Y me invade un silencio
de gargantas antiguas
que me transforman en barro,
en trigo candeal,
en hierba,
en olorosa viña que me cubre,
encinta,
grávida,
gestante...

Carmen Cabeza, La tierra y el alba (2008)
Cuadro: Amanecer, Claude Monet (1872)
Foto del centro: Christopher Burkett (1991)

7 comentarios:

  1. ... quiero un poema sobre las moradas...

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  2. No entiendo muy bien lo de las moradas (luego me lo explicas)
    Lo que me presta mucho es que te guste.
    Muchas gracias por tus comentarios, Milord...

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  3. Muy bello todo. Hermosas raíces gestantes. Bellos paisajes los que dibujas.

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  4. Muchas gracias, Índigo, por tu comentario. La tierra y el cuerpo se pertenecen, son como una metáfora del otro, de ahí la fertilidad y la gestación...

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  5. Exquisito y sublime poema. El alba es una isla en la que podemos abandonarnos, entrar en contacto con lo elemental, lo terrestre, lo etéreo y el remate, quedar preñada, gestante, trémula, habiendo sido poseída por esa naturaleza me parece certeramente conmovedor. Delicioso poema, amiga Carmen. Eres sin duda una gran poeta. Cariños

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  6. Muchas gracias por tu comentario, Amilcar. Este poema es el que pone punto final al poemario "La tierra y el alba", en el que quería significar todo el renacimiento y fertilidad que pertenece a nuestro cuerpo como materia vital, terrestre, engendradora, preñada de futuro... No sé si he conseguido expresarlo en el poema, pero me alegro mucho de que te guste.
    Un saludo cariñoso.

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